sábado, 4 de julio de 2009

Sin contexto

- ¿Hola? - la pregunta resonaba y retumbaba como si quisiese volver a ser formulada. Cierto eco era la única manera de romper el silencio.
- Hola - el saludo de una voz grave y seria. Ella se sorprendió e intentó mirar para encontrar al dueño de esa voz, pero sin éxito.
-¿Qué haces aquí? - de nuevo la voz grave.
- ...

El miedo y la intriga se apoderaban de la situación con cada palabra.

- No lo sé, ¿y tú?
- Parece mentira que tú me lo preguntes. - El tono de ese "tú" dejaba claro quién llevaba el mando de la situación y zanjó cualquier posible respuesta.

La corta y tensa conversación ya parecía acabada, como si se hubiesen ahorrado la parte de la despedida. Era ahora cuando el silencio se apoderaba una vez más de la situación.

Pasado un rato, la chica abrumada por miles de dudas decidió romper el romper el hielo -Pero, yo no sé porqué estoy aquí. Yo estaba leyendo una simple conversación entre dos personas y...
- Estás soñando - la voz grave no esperó la explicación de la chica.

La ausencia de palabras de esta daba a entender la impresión que debía sobrecogerla en ese preciso instante. Si en ese momento hubiese sido posible aferrar el sentimiento de asombro y sorpresa de la chica a un rostro cualquiera, sería verdaderamente espantoso. Aún así, seguía muda. No existían palabras de su boca. Quizá y sólo si se afinaba el oído, podría escucharse el distorsionado eco de las anteriores.

- ¿Creías estar despierta de verdad? Está claro que has estado viviendo hasta el día de hoy y, permíteme decirte que... - la voz calló de repente.
- ¿Y? - esperaba obtener explicación que saciara su intriga - ¿Qué hago aquí? - la chica era un mar de dudas.
- No intentes buscar un contexto.

La corta conversación y el escaso diálogo ya parecía ser un sueño. Tenía todas las propiedades de algo fanstástico: sin contexto preciso, sin percepción aparente, demasiada anormalidad...

- Pero no lo entiendo - reclamaba una vez más la explicación. La necesitaba.
- Mira - intentó llamar su atención - No busques un contexto. En cuanto al lugar, piensa que estás en cualquiera, dentro de una roca, en el fondo del mar, a 15 kilómetros de Neptuno, aquí, allí... en cualquiera. Y, en cuanto al tiempo... - se detuvo intentando encontrar algo coherente que decir - Solamente te puedo decir que en un instante, en una infinitésima parte de tiempo.
- Está bien - hizo un gran esfuerzo por comprenderlo - Y... - no se atrevía a seguir - ¿cuánto tiempo llevo así?
- Dieciocho años - el eco de esta última fue más turbio, e incluso, ensordecedor.

Pasado un rato y algún que otro minuto más de silencio se volvió a abrir la conversación de
manera un poco más conclusiva.

- ¿Y ahora? ¿Qué debería hacer?
- Vive, sé feliz cuanto desees y, sobre todo...

De forma instantánea, la situación dejó de ser un sueño.


On second line

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