Blues de amor

Hoy, ¡Día de gloria y felicidad! Día supuestamente oficial de los "enamorados". Si señores, hoy unos tres cuartos del mundo demostrarán su amor a su pareja, aunque sea de forma superficial. Un día feiz sin duda, sin embargo para Josep era otra canción triste de blues. Estaba acostumbrado, desde hace muchos años le sonaba la misma canción tanto que cada vez que tocaba la guitarra liberaba esas notas como si su alma hubiese vendido. No era de extrañar, para este hombre el mundo ya no importaba, le daba igual todo...¿Qué mas daría si vendiese su alma al diablo?. Le daba igual, pero la cuestión era ¿a cambio de qué?¿de ser el mejor guitarrista de blues?¿de poder expresar todo lo que siente rozando unas cuerdas metalicas?¿O quizas encontrar su amor?. Más bien lo que quería era dejar de sufrir por amor, aunque para ello tuviera que dejar el blues.¿Cómo hacerlo?¿Quiza excluyendo el amor, volverse renegado, frio, insensible?. Quiza le ayude, pero no dejaría de sufrir. Ante su incertidumbre la única solución que le satisfacía es la de tocar el blues con su guitarra de nombre Carolina, la diosa que más daño pudo hacerle a un mortal como Josep.
¿Blues, amor? ¿En que estaba pensando? si blues y amor significa lo mismo pero desde diferentes puntos de vista...es el amor que surge entre un hombre y una mujer. Aun así, toda la gente que le rodeaba este día desprendia amor y felicidad, lo cual Josep sentía algo de envidia, el tambien queria sentirse querido por una mujer. Le recordaba aquella vez que se nego a expresar su amor a una mujer, solamente por el bien de ella y de su amigo. No era un hombre problematico, aunque paso por experiencias dificiles de tragar, todo lo contrario que el whisky. Esos problemas no le importaban, le fastidiaba mucho más ver como la mujer que quería se liaba con otro. "Cabronazo con suerte" decía mientras pedía otro vaso de whisky en sus tipicas noches de bares. Ciertamente nunca lo llegue a entender, ni tampoco se entendía él. Se destrozaba, se amargaba la vida sabiendolo ¿Tiene sentido? Pues sí. Para Josep tenia sentido, de alguna forma eso hacia más llevadero el peso. Se asqueaba de lo que hacía, pero acababa dandole igual.
Un cierto día decidió renegarse a todo el mundo, dejo la guitarra, intento divertirse y huir del amor. Entre alcohol y perversión ya ese extraño sentimiento llamado amor le daba igual. Hasta que un día, Josep salió con una vieja conocida suya... y sin darse cuenta ya habia salido repetidas veces con ella, siempre con ella con nadie más. Josep estaba confuso, no queria caer de nuevo en el error y tenia miedo a volverse a enamorar y no ser correspondido. Poco tiempo después empezó a sentirse raro, algo le decía que por esta sensación ya habia pasado antes... estaba pensando en ella, y lo primero que hizo es comprobar tocando un blues con la guitarra. ¿Resultado? Un blues que haria lagrimar hasta a un ogro en Siberia. Definitivamente, no somos dueños de nuestros sentimientos. Josep se volvio a enamorar cuando lo que pretendía era todo lo contrario. Por mucho que nos mentalizamos, acabamos rindiendonos a estas extrañas sensaciones inexplicables aún por cualquier ciencia.
Josep no tenia paciencia para enamorar, el la queria y no sabia si estaba siendo correspondido. Volvió a comerse el coco, se pasaba horas enteras pensando en ella pero de nada servía. Solo podía imaginar lo que sería su vida a su lado, porque tampoco tenia valor para dar ningún paso hacia ella...tenía miedo de volverse a sentir rechazado.
Así hasta este glorioso día, donde más incomodo se sentia con la fe de poder escribir un libro con final feliz. Y así fue, final feliz pero no del libro, sino del capítulo. No ha conseguido nada con su amor, pero sin embargo estaba feliz. Estaba feliz porque tocaba el blues, porque se sentia bien tocando su historia a través de un instrumento y porque volvía a sentir el amor... cosa que extrañó. El amor, aunque a veces parezca lo más doloroso para un hombre, también es la función más importante de nuestras vidas. Josep ya comprendía un poco más y entre melancolias y alegrias seguía tocando el blues, porque merecía la pena sufrir por amor, o mejor dicho por tu amor. Y aquí acaba su canción, triste y a la vez alegre sobre blues y amor, con fe de estar correspondido.

El amor es ciertamente inexplicable.


Feliz San Valentín