lunes, 9 de febrero de 2009

Discordia entre satanases

Surge radiante tras el arduo albor de la mañana, buscando una masia o tal vez escalopendras; rotundamente endemoniada y entre arbustos donde dejó camino libre a mercenarios y malandrines de los alrededores, caminaba cabizbaja entre los charcos de barro y piedras. Apenas unos pasos decayeron mis ánimos, mi autoestima se quedó tras el camino hecho y estupendamente llueve. No hay ropa, no hay pertenencias, no hay nada, solo encuentro el camino a mi izquierda y el resto del monte a mi alcance, sin vida, sin fulgor. La soledad asedia mi corazón, el camino continua y no se detiene hasta el final de su recorrido, mirando hacia otros viajeros mientras su más preciada pertenencia carece de valor para él. Mientras una lástimada joven sin pertenencia alguna, sucia y mojada, empieza a caminar monte a través con una mano en el pecho, el hueco del corazón vacio y unas tremendas lágrimas mortuorias cayendo por su cara. Puede que no sea tarde para deshacer sus pasos y volver hacia el camino, puede que no lo sea; pero indiferentemente es posible que el camino caprichoso y libre de sí, quiera seguir su rumbo, su trayectoria sin un alguien en quien sostenerse, sin alguien de quien cuidar, es posible. Y pensando pues de este modo, ¿por qué la joven debería arriesgarse? Es duro para ella, su corazón quedó enganchado al camino y la lluvia que ha desatado al instante un aire torrencial solo empeora las cosas enfriando ese vacio en su pecho. De momento la muchacha sigue de cerca el sendero con una mano apoyada en su pecho y con la esperanza de volver a sentir el calor recorrer su cuerpo esperando volver a recorrer su trayectoria junto a él, de momento.




vayiolet alone

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